martes, 6 de diciembre de 2011

Gracias, por cargarme cuando caía

Más y más. Es un no acabar. Nunca te ves saciado. Es lo que tienen los círculos viciosos, cómo las rotondas londinenses, sin darte apenas cuenta entras y cuando quieres salir, te das cuenta de que requiere un esfuerzo sobrehumano, y tú, eres débil. Porque es ahora cuando echas en falta a ese alguien que te ayudara en su momento, y, ¿Quién dice que no lo hubiera? Otra cosa es que tu estuvieras tan ciego cómo para no ver ni siquiera a quién te quiere. Esas personas que siempre están ahí, sin dejar de amarte un sólo instante y tú, ¿cómo respondes a esto? ¿Dándoles la espalda y sonriendo a quién no le importas? Ellos te hacen olvidar la persona que eres, sólo te quieren por los sentimientos, y estos, cómo efímeros que son, caducan. Se van y con ellos todas las personas que se apoyaban en ellos. Y entonces es cuando viene el desengaño y la soledad, y vuelta a los inicios. Y, ¿quién está allí para ofrecerte su mano ante la caída? Pues aquel que no te abandonó en ningún momento. GRACIAS.

2 comentarios:

  1. Gran verdad , es esta¡¡ Por desgracia solo ante estas situaciones , nos damos cuenta , de estas pequeñas cosas , que son esenciales.Pero como dicen ..."Mejor tarde , que nunca". =)

    ResponderEliminar
  2. Está claro, nunca es tarde para pedir perdón y dar las gracias. :)

    ResponderEliminar