jueves, 4 de octubre de 2012

Otra de miradas...

   Cual pozos de los que el fondo, de profundo, no se divisa, así es tu mirada, cuando, tímida, se cruza con la mía. Esos instantes en los que nos decimos todo lo que nuestra falta de voluntad nos impide susurrarnos al oído. Miradas de anhelo, de impotencia, de esperanza por poder contemplar algún día esos ojos sin descanso.

lunes, 27 de agosto de 2012

La ciudad de las siete colinas

Las insomnes luces de Estambul gritan tu nombre.
No llaman a Alá los cantos en las mezquitas.
No buscan la atención del turista los turcos en los bazares. 
No es dinero lo que piden los demacrados rostros de los huérfanos en las esquinas.
Los gatos de Estambul maúllan tu nombre.
Tu nombre es lo que las adivinas buscan en las tazas de café.
Tu nombre se esconde en el picante de la gastronomía.
Tu nombre está escrito en la firma de Mustafa Kemal Atatürk.
Las siete colinas de Estambul son las siete letras de tu nombre.

sábado, 14 de abril de 2012

Su Azul Mirada

Un beso bajo la luna, descalzos sobre la fina arena de la playa. El mar nuestro testigo, nos arropa en el susurro de su oleaje. Él aparta tímido su mirada, mucho que decir, bastante más es lo que va a ocultar. Que cese la voz y se escuche el rumor de la naturaleza. Que el mar hable por tí hoy. Tú tan sólo déjame perderme en el azul de tus ojos, por todo océano envidiados.



sábado, 24 de marzo de 2012

Esperando un tren a ninguna parte

   Estación de tren. Aquella chica aguarda con impaciencia, abstraída en sus pensamientos, esperando que llegue la hora en la que el tren oportuno aparezca. La casualidad a querido que todos los mapas que le indican el camino, se hayan desvanecido. Cualquiera que se detenga a observarla al pasar, no podría imaginar la historia que hay detrás de ese triste y cansado rostro. Pues en él, no se pueden leer la cantidad de trenes que han pasado por delante de ella y que no se atrevió a tomar por miedo a no saber dónde pararán. Nadie puede descifrar el número de veces que se subió en el tren equivocado para acabar en el lugar de partida. Nadie sabe que tras esas gotas de sudor hay una fatigante carrera por alcanzar el tren correcto a tiempo, que una vez más, resultó nula. Nadie se plantearía que quizás, aquella chica de mirada perdida lleva horas en el andén con miedo aún a partir.

jueves, 9 de febrero de 2012

Bajo tierra.

Ese secreto que creías tan bien guardado... pues, ¿quién mejor que tú para esconderlo? Ese pequeño hueco que hace que a los demás no les encaje el puzzle de tu vida. Y de repente dan de lleno contra él, tu punto débil, el pleno que derriba de un golpe cada una de las piezas de tu dominó.

domingo, 8 de enero de 2012

''¡Libertad!'' se escucha gritar

Silencio, pero un silencio de esos que lo dicen todo y, a su vez, ocultan aún más. Miles de pesarosos rostros, te miran con recelo mientras caminas, como un forastero, por sus tierras. Todos ellos, propietarios de grandes corazones, preparados para almacenar cantidades desmesuradas de amor y bondad, pero, que debido a circunstancias ajenas a su causa se han visto obligados a sacar a la luz toda la desconfianza, angustia y odio propias de su condición. En numerosas ocasiones, se pueden escuchar quejas, que no llegan apenas a ser un susurro, debido a la intransigente restricción a la que están sometidos. Murmullos clamando LIBERTAD. Ese precioso don del que todos deberíamos ser portadores, pero que ciertas personas sin escrúpulo alguno, no dudan en arrebatar cruelmente, o en ocasiones escondiéndose bajo una falsa apariencia decente. Se creen dueños de todo, capaces de cualquier cosa, para ellos todo está permitido. Podrán arrebatar hogares, bienes, derechos y hasta separar familias. Pero, mientras resista un grupo de personas, por pequeño que sea, dispuesto a luchar por sus ideales, no ganarán. Por que bien es sabido, qué cuando la verdad y la justicia están de tu lado, la batalla está vencida, o al menos así debería de ser. Pero, por desgracia el mundo no es todo lo justo que nos gustaría, y en cuanto detectan ideas capaces de vencer a las suyas no dudan en apagarlas con sus armas. Esto no es juego limpio, señores, desgraciadamente, nunca lo fue.