sábado, 24 de marzo de 2012

Esperando un tren a ninguna parte

   Estación de tren. Aquella chica aguarda con impaciencia, abstraída en sus pensamientos, esperando que llegue la hora en la que el tren oportuno aparezca. La casualidad a querido que todos los mapas que le indican el camino, se hayan desvanecido. Cualquiera que se detenga a observarla al pasar, no podría imaginar la historia que hay detrás de ese triste y cansado rostro. Pues en él, no se pueden leer la cantidad de trenes que han pasado por delante de ella y que no se atrevió a tomar por miedo a no saber dónde pararán. Nadie puede descifrar el número de veces que se subió en el tren equivocado para acabar en el lugar de partida. Nadie sabe que tras esas gotas de sudor hay una fatigante carrera por alcanzar el tren correcto a tiempo, que una vez más, resultó nula. Nadie se plantearía que quizás, aquella chica de mirada perdida lleva horas en el andén con miedo aún a partir.