jueves, 27 de octubre de 2011

Y la lluvia una vez más...

   Escuchas a la gente hablando, quejándose de la lluvia. Y yo en mi silencio habitual, pienso, ¿seré la única persona que lleva todo el verano esperando una chispita de agua que me sirva de excusa para agenciarme un gran jersey de rayas y salir a dar una laarga vuelta por la ciudad? Porque sí, este año se ha echo esperar. Pero, a gran espera mayor es la emoción en la bienvenida, o eso dicen. Aunque en este caso no se han equivocado. Pues, estoy segura que uno de los pequeños placeres más grandes, es un simple paseo bajo la lluvia, a solas con tus pensamientos, con una buena canción, que recuerde tiempos mejores, de fondo. Pues las canciones suenan mejor bajo la lluvia, acompañadas del dulce sonido del chapoteo de las gotas de agua sobre los toldos, de las risas de aquel niño que descubre la maravilla de saltar sobre los charcos, a pesar de las reprimendas de su madre. Pero sobretodo, la música del silencio ruidoso de las calles desiertas que vas dejando tras de tí. En las que muy de vez en cuando te cruzas con alguna persona, siempre cubierta por un paragüas. Ellos pensarán que les envidias por este hecho. Pero, no lo haces, para nada. Pues, ellos se dejan llevar por las circunstancias, tu las vives al máximo.

domingo, 23 de octubre de 2011

Los cimientos de un gran proyecto.

  Hoy es uno de esos dias en los que me puedo acostar en paz, con una sonrisa en la cara. Porque no hay nada que me provoque una alegría mayor que una buena experiencia, y más si has aprendido algo de ella. Y hoy puedo decir que he sido testigo de uno de esos momentos que, aunque nadie los aprecie realmente, ni siquiera sus propios protagonistas, son pequeños granitos de arena, que poco a poco y con una discreción admirable, van construyendo un enorme castillo, que sin duda, cambiará el mundo. Quizás, no lleguemos a verlo acabado, pero nos quedará la satisfacción de que nuestros nietos puedan decir que nosotros pusimos la mota de cemento que está ahí, velando porque el edificio no se venga abajo.

lunes, 17 de octubre de 2011

Un vistazo al pasado

Observando la grandeza que envuelve el ambiente de esta, en apariencia, insignificante habitación, que probablemente cualquier persona corriente pasaría por alto. Porque aquí de pie, bajo el dintel de esta vieja puerta, no es difícil imaginar cómo alguien, probablemente muchos años atrás, sobre el mismo punto en el cual me encuentro, estuviera forjando sueños similares a los que rondan mi cabeza en estos instantes. Mismos pensamientos, sentimientos y aspiraciones, al contemplar este maravilloso lugar, con las simple diferencia de vestimentas, dialecto, costumbres y otras insustanciales influencias de la sociedad dominante en su momento. Porque, las personas no cambian, aunque lo haga todo lo que las rodea. Siempre los mismos errores, cometidos y por cometer. Las mismas metas, que la mayoría de las veces no fueron alcanzadas. Y los mismos medios erróneos para obtenerlas. Y pobre de tí que te crees extraordinario e inigualable, olvidas que hubo muchos que trataron los mismo que tú antes.

miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Qué mejor comienzo que un tipicazo?

   Érase una vez un águila. A simple vista, no se diferenciaba tanto del resto de su especie. Bajo esa apariencia grandiosa e intimidante, se encuentra un pequeño e inocente animal, incapaz de actuar de la misma manera que sus semejantes. A nuestro animal no le valía con volar en busca de algo de lo que alimentarse, él quería surcar los cielos y sentirse libre, llegar dónde nadie antes. Un buen día, entre sus fallidos intentos de cambiar su mundo, se encontró con un gran halcón, el cual en un principio, parecía compartir sus mismos sueños de grandeza y estar dispuesto a ayudarle a llegar a sus metas. Pero, dada su ingenuidad y su falta de experiencia, confió demasiado pronto en él. Y antes de haberse apenas dado cuenta, le dio en el lugar dónde mas daño le podría causar: sus ganas de soñar. Y pasó largo tiempo estancado en tierra, sin ganas de remontar su vuelo, creyendo que sus aspiraciones no eran más que fantasías. Pero, una tarde observando el cielo azul, encontró su respuesta, alguien igual qué él junto a quien decidió volar y ver cumplidos sus sueños. Y esta vez no fallaría, no sabía exactamente cómo, pero confiaba plenamente en ello.

jueves, 6 de octubre de 2011

El tiempo perdido jamás podrá ser ganado de nuevo

A contratiempo. Esperando inmóvil algún tipo de señal que me incite a actuar. Los segundos corren, y yo sigo igual. Tienes que hacer algo lo antes posible, pero no sabes que medios poner para lograr tu objetivo. Sabes que no vale con escuchar al tiempo pasar, sin gritarle que cuente contigo para acompañarle en su camino. Porque cuando este haya pasado de largo resultará imposible alcanzarle en su carrera. Y te arrepentirás de no haber sido capaz de pensar con más rapidez. Por que el tiempo es una de esas cosas que una vez perdido no podrá nunca ser ganado de nuevo. Y habrá que atenerse a las consecuencias.