sábado, 23 de enero de 2016

Desengaño

Los pétalos marchitos se hacen uno con mi paso. Pobres de vosotros, antes parte de una rosa recién florecida, brillante y jovial, llena de buenos augurios y brechas que curar. Pero no, ya no, el desengaño vence una vez más, ya no sois más que fragmentos marchitos de pétalo, irrecuperables, destinados a ser pisados, aplastados, NADA, olvido de lo que un día clamó juventud.





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